lunes, 12 de junio de 2017

Cambio Climático, Gran Riesgo para las Futuras Generaciones

Alberto Jiménez Merino
Director del Centro de Innovaciones Agroalimentarias y Tecnológicas


En 1985 me encontré,  por primera vez, con  un artículo sobre el cambio  climático. Hoy en día, este fenómeno amenaza a 400 millones de personas tan solo por la elevación del nivel del mar que provocaría el  derretimiento de los  polos.

No es ocioso recordar que en los últimos 50 años se han multiplicado por siete los pagos por afectaciones debidas a fenómenos meteorológicos a nivel mundial. No es un tema menor. Es una gran preocupación para la población actual y muy grave para las futuras generaciones.

Recuerdo que en el campo nuestros viejos siempre se hacían de un calendario de Galván al iniciar cada año. Era una herramienta informativa muy precisa sobre el inicio y termino de la época de lluvias, tan importante para los ciclos de siembra. 

Pero hoy, todos los fenómenos meteorológicos están alterados. Son más intensos, inciertos y devastadores, tales como las sequías y las lluvias torrenciales, los huracanes, heladas y nevadas, tornados y  granizadas como piedras de hielo.

El clima es el estado promedio de la atmósfera terrestre, medido a través de los fenómenos meteorológicos que definen el tiempo durante un periodo mínimo de 30 años.  El clima no cambia de un día a otro, ni siquiera de un año a  otro. Lo que escuchamos en la radio o vemos por la televisión y redes sociales es el estado del tiempo: “El tiempo para hoy es lluvioso, frío, con viento, nublado, cálido”. Por ello, decir “el clima para hoy” es incorrecto.

Es importante recalcar que el clima está cambiando porque se han roto los equilibrios y ciclos ambientales, entre ellos el ciclo del agua, las corrientes de vientos, la temperatura de los mares, etc.

Mucho tiene que ver la contaminación ambiental también. Recientemente se ha reportado la existencia de cuatro grandes islas de basura de 2 millones de kilómetros cuadrados cada una. Una sola, ubicada en el pacifico norte, se estima que tiene 100 millones de toneladas de plástico.

Hay un gran deterioro mundial del ambiente, pérdida de especies como la vaquita marina o la totoaba en el Mar de Cortes.  En general, se calcula que ya hemos perdido el 90 por ciento de las grandes especies marinas y el 40 por ciento de las especies animales.

Hace unos días se informaba de un gran desprendimiento de hielo de casi el 20 por ciento de la región “C” de la Antártida creando con ello el mayor iceberg de la historia. Sorprendentemente, también se daba cuenta sobre la aparición de pasto en áreas que siempre habían estado cubiertas de hielo.

En este contexto, es importante señalar que no se puede comprender la falta de respaldo del Gobierno de los Estados Unidos al Acuerdo de París, el cual implica la reducción de las emisiones a la atmósfera.

Tampoco se puede entender la pobre atención que se da al cambio climático en los contenidos educativos de la mayoría de los países, la falta de leyes y regulaciones sobre el cambio climático y, no obstante, existiendo las leyes correspondientes, que no se cuente con programas y presupuestos suficientes para atender un problema que nadie desea llegue a afectar la vida y comprometer el futuro  de nuestros hijos.

El cambio climático ha estado afectando el crecimiento económico de la mayoría de los países. Las afectaciones a infraestructura pública, patrimonio familiar, sectores productivos y a la biodiversidad son trascendentes, pero actualmente tenemos nuevas plagas y enfermedades, o han crecido las áreas de influencia de determinados insectos tales como los mosquitos causantes de varias enfermedades y hay una mayor presencia de plantas parásitas en árboles urbanos y bosques.

Por ello, se requiere de una atención integral que debe iniciar desde la educación en las escuelas, información a la población para mitigar las acciones que deterioran el ambiente así como una gran voluntad política de los gobiernos para atender realmente prioridades como la sobrevivencia humana.

La casa en donde vivimos se está calentando y  el barco en el que viajamos  tiene un destino cada vez más incierto.

Acontecimientos como la granizada de Paraguay, el desprendimiento de una porción de la Antártida, las nevadas en los Estados Unidos, las grandes sequias e inundaciones, la pérdida de vidas humanas, animales y plantas, no son un juego de niños. Es una amenaza grave para el futuro del mundo. 

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