lunes, 14 de agosto de 2017

Huracán Franklin, una Gran Lección de Coordinación Institucional

Alberto Jiménez Merino
Director de la Comisión Nacional del Agua
                                                                    del Gobierno de la República en el Estado de Puebla 




Con saldo blanco, sin pérdidas humanas que lamentar y solo daños menores, Franklin fue para Puebla un huracán que motivó un gran ejercicio de coordinación institucional, un simulacro que sin duda servirá para atender los 18 ciclones que aún faltan y de los cuales uno está ya en el Océano Pacífico.

El cambio climático es una realidad comprobada por fenómenos meteorológicos que hoy son más frecuentes, inciertos e intensos que derivan en un incremento sustantivo en las afectaciones a las personas, sus bienes y al medio ambiente.

En otras ocasiones hemos referido que el pago de afectaciones meteorológicas se ha incrementado casi siete veces en relación con los años 60 del siglo pasado. Pagos que han representado más del 5% del Producto Interno Bruto Mundial PIB, cuando el crecimiento de la economía es en promedio 2.5%, anualmente.

Ciclones tropicales, heladas, granizadas, tornados, sequías, inundaciones por lluvias intensas y elevaciones de nivel del mar, hoy son una gran amenaza que demandan con urgencia cambios más acelerados y significativos en las políticas públicas, en la educación y concientización de la población, en el manejo de los residuos sólidos, eliminación del plástico, tratamiento de las aguas residuales, recuperación de la vegetación perdida.

Se requiere un mayor compromiso en el cambio de políticas que reduzcan la emisión de contaminantes a la atmósfera como los que provocan los combustibles fósiles derivados del petróleo y dar paso a mayor velocidad a la adopción de energías limpias en sus diversas modalidades.

Pero fundamentalmente, se requiere que las ganancias de hoy no sean a costa de sacrificar los recursos naturales que requerirán las generaciones futuras. Que el dólar ganado hoy no se convierta en los 100 que se requerirán mañana para recuperar el medio ambiente deteriorado que se herede a nuestros hijos. 

Cuando el Servicio Meteorológico Nacional dependiente de la Comisión Nacional del Agua informó de la presencia de la Tormenta Tropical Franklin, inmediatamente se procedió, con urgencia, a informar al Gobernador del Estado de Puebla, Antonio Gali Fayad.

El ejecutivo, con prontitud convocó al Consejo Estatal de Protección Civil a través de la Secretaria General de Gobierno a Cargo de Diódoro Carrasco Altamirano. También se convocó al Gabinete Estatal y a la Representación del Gobierno de la República a través de las Delegaciones Federales.

Se crearon por el Gobierno del Estado Cinco centros operativos; Teziutlán, Huauchinango, Zacapoaxtla, Guadalupe Victoria y Coxcatlán. En cada uno, un Secretario del Gobierno Estatal era responsable junto con un Delegado Federal. Se tomaron todas las previsiones. Se acondicionaron albergues para la población que habita en zonas de riesgo.

La Secretaría de la Defensa Nacional activó el Plan DN-III para la protección a las personas. Todas las dependencias estatales y federales hicieron su parte conforme a su responsabilidad.

La Comisión Nacional del Agua CONAGUA destinó equipo de potabilización y transporte de agua que se instaló en Juan Galindo y Teziutlán. También hubo un representante de nivel subdirector estatal en cada centro operativo. El Coordinador Nacional de Atención a Emergencias Omar Gómez Ruiz y el Subgerente Nacional de Proyectos de Agua Potable estuvieron instalados en Juan Galindo pata atender esta emergencia. La coordinación para revisar y regular los niveles de las presas, estaba lista.

Afortunadamente la tormenta tropical al tocar tierra se convirtió en Huracán nivel 1 y fue perdiendo fuerza. Los 250 -300 mm de lluvia que esperábamos no se presentaron. Hubo un saldo blanco.

Al margen de creencias políticas, vi una gran colaboración de todos los actores, un gran entusiasmo por atender cada quien sus tareas, entendiendo muy claramente sus responsabilidades para proteger a la población, principio y fin de la administración pública.

No debiera hacer falta una amenaza climática para actuar coordinadamente, debe ser una práctica cotidiana y un ejercicio de gobierno permanente en sus tres niveles. No siempre se logra, menos cerca de elecciones. Si los problemas nos unen, veamos ahora como mantenernos unidos en favor de Puebla y México.

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